SANTISIMO CRISTO DE LA SANGRE

La imagen del Santísimo Cristo de la Sangre (Gaspar del Águila, 1567), nace bajo la premisa de los hermanos agustinos de que fuera inspirado en la que fue la mayor devoción histórica de la ciudad de Sevilla, como fue el Santo Crucifijo de San Agustín.
Se trata de una imagen depurada y elegante en sus formas, que aun siendo basada en la imagen del Santo Crucifijo de Sevilla, Gaspar del Águila supo dotarla de independencia estética.

El Santísimo Cristo de la sangre cuenta con un exquisito y naturalista canon de semblanzas renacentistas. Este gira su torso de una forma sutil hacia su derecha, con una caída de la cabeza hacia abajo y mismo lado. El conjunto
de la imagen adquiere una dócil curvatura en “S” lo que dota a la efigie de dinamismo. Si hablamos del cuerpo, hemos de decir, que es natural y cercano, de exquisita belleza, pleno de masculinidad provocando una sensación de realismo y elegancia.

Respecto a su rostro, se nos muestra como cercano, como si estuviera descansando tras los martirios y agonías sufridas en su pasión. El sufrimiento y la fatiga reflejada en la boca hace que la tenga levemente abierta, permitiéndonos visualizar los dientes superiores.

La imagen incorpora una corona de espinas en forma de “ochos” engarzados (habitual en la época) la cual se llega a integrar en el recorrido de la cabellera dando una sensación que ambas se unen. La imagen cuenta con una barba dividida la cual aporta personalidad, ambos mechones tienen forma punteada.

El sudario formado por una pieza de tela única que forma el paño de pureza, se anuda a sí mismo en la cadera derecha sin dejar moña. Este se abre dejándonos ver la anatomía de la imagen. Aunque el paño es de notable longitud, este no llega a tapar las rodillas. En el sudario podemos encontrar diseños en forma de medallones los cuales tienen una policromía en tonos carmesíes que en ningún momento pasan a ser llamativos, los cuales, hermanándose junto a los largos y poco movidos bucles del sudario pasa a integrarse en el conjunto de elegancia y serenidad de la que está formada la imagen del Santísimo Cristo de la Sangre.

Podemos encontrar una flexión lateral en la pierna derecha, apuntando la rodilla también hacia la derecha, dando como resultado una desalineación respecto a la cadera. El pie derecho se encuentra situado sobre el pie izquierdo y ambos están atravesados por un mismo clavo.

Procesiona en paso barroco diseñado por el ecijano José Belmonte, talla de Antonio Martín y Antonio Díaz como dorador (ambos de Sevilla). En las esquinas lleva candelabros de guardabrisas y evangelistas de Ricardo Comas.